Atrevete !!!

-A pedir perdón.
-A decir gracias.
-A decir lo siento.
-A echar para atrás decisiones erradas.
-A decir me equivoqué.
-A darle la razón al que la tiene.
-A no guardar rencor.
-A olvidar.
-A recomenzar.
-A olvidar el pasado.
-A hacer lo que siempre soñaste.
-A decirle a esa persona especial que quieres ser parte de su vida.
-A no tener miedo al rechazo.
-A cantar alabanzas a Dios.
-A tener fe en el futuro.
-A vencer obstáculos.
-A cantar victoria.
-A levantarte de las ruinas.
-A ser ave fénix.
-A dulcificar tu vida.
-A dar amor.

Y a un sinfín de cosas que simplemente no nos atrevemos por un miedo atroz al fracaso.
Pero más temible es no hacer el intento. Porque a veces lo que creemos que es no es y lo que es; es lo que no creemos.

Porque quizás esa persona que admiras en silencio, que te quieres acercar, que miras y piensas que quieres ser parte de ella, está esperando en silencio que pronuncies su nombre y que le digas ven conmigo. Solo eso espera para seguirte. Quizás si no lo haces, se cansará de esperar, y seguirá su camino. Y esperará que alguien le diga lo que esperaba oír de ti.

O quizás ese amigo espera ansioso que le llames y le digas lo siento. Por aquellas palabras tontas que le dijiste sin pensar, en esa discusión sin sentido. Espera oírte para estrecharte en sus brazos y volverte a decir: te quiero hermano.

No debemos tener orgullo, ni vanidad, ni ningún sentimiento mezquino en la vida. Eso son los enemigos más grandes que tenemos que enfrentar. No perdamos grandes oportunidades por miedo a fracasar. Coraje en la mochila y fe en el corazón son los instrumentos necesarios para atreverse a ser feliz.

¿Cuando logramos vencer el miedo y decimos me equivoqué, cual es la sensación? Victoria, alegría, reconciliación. Toda una amalgama de buenas vibraciones invaden nuestro cuerpo y nuestro espíritu y nos alegramos el corazón.

Vamos a henchirnos de amor de Dios, y a atrevernos a lo que deseamos. No traicionemos nuestro corazón. A decir lo que sentimos.

Y cuando nos sintamos victoriosos, demos gracias a Dios por darnos la fortaleza de atrevernos a ser felices en el intento. Conozcamos profundamente nuestros deseos, y a partir de ahí, empecemos a realizarlos.