La verdadera felicidad no viene de las riquezas, la fama o el poder.
Estas cosas son beneficiosas, pero la felicidad duradera sólo viene de Dios, fuente de todo bien y del amor. Una lección no siempre fácil de recordar.
Estas cosas son beneficiosas, pero la felicidad duradera sólo viene de Dios, fuente de todo bien y del amor. Una lección no siempre fácil de recordar.
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