Es bueno siempre , ser la diferencia !!

Cuando uno lee cosas tan interesantes , sería egoismo del peor no compartirlo con ustedes.

Este articulo del Sr. Fray Junípero Casablanca , es excelente para comenzar la semana , para comenzar este dia.

Aqui se los dejo.

Ps. Es un poco largo , si usted es de los que le pesa leer , mejor no comienze !! :p

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Tolerancia

Uno de los grandes problemas de la humanidad es la falta de tolerancia. Decía un viejo amigo que el secreto de la convivencia es aprender a vivir juntos y es que el secreto de la coexistencia es que no solamente debemos estar pendientes de los defectos de los que nos rodean sino que debemos aprender a reconocer las virtudes y aptitudes de los demás seres humanos.

Hay muchas personas que se pasan la vida quejándose de los problemas que enfrentan en la vida. Se quejan de las vicisitudes, de las frustraciones, de la ignorancia, de los maltratos, de las injusticias, y finalmente se quejan de todo. Estas personas llegan a convertirse en personas tóxicas. Les molesta todo. No resisten el ruido, les molesta el sucio, evitan la multitud, se esconden de los amigos, no contestan celulares, no responden a los correos electrónicos y nunca quieren enterarse de las malas noticias que les traen las demás personas. Son personas alérgicas a los demás seres humanos.

Hasta les molesta la forma en que hablan o visten las demás personas. El comportamiento de Naomi Campbell cuando perdió su equipaje es típico de esta intolerancia. Fue capaz de agredir a los encargados de seguridad de la línea aérea, les abofeteo, les gritó, y hasta fue necesario sacarla y prohibirle terminantemente que volara a través de ese aeropuerto para que comprendiera la gravedad de su intolerancia. Y es que hay personas así. Todo les disgusta. Casualmente, los intolerantes se pasan la vida pasando a los demás por un cedazo a través del cual solamente pasan muy pocas personas. Sus estándares de aceptación son tan altos que son muy pocos los que llegan a satisfacer sus especificaciones y requisitos. Pero lamentablemente, estas personas son muy infelices y pasan por la vida con un desencanto tan grande, que en vez de gozar de las bendiciones que nos da el Señor, terminan maldiciendo cada minuto de su existencia. Pues el consejo bíblico más hermoso es el de la tolerancia. Jesús nos habla de que no debemos cuestionar nuestros infortunios.

Cuando le preguntaron el por qué de la ceguera congénita, respondió Jesús que esto era para gloria y honra del nombre de Dios. A Job, que sufrió cuanta enfermedad, rechazo, dificultad, y miseria, a quien se le llenó el cuerpo de llagas y de quien todos huían por su mal olor y aspecto. Aquel Job que perdió sus tierras, sus ganados, sus hijos, y familia; nunca le faltaron fuerzas para alabar a Dios y nunca cuestionó su lugar supremo. Así nunca perdieron la fe en Dios el paralítico, el ciego, los familiares de Lázaro cuando murió, o los que se quedaron sin vino en el matrimonio donde Jesús hizo su primer milagro. Y es que el primer ordenamiento de la tolerancia es tener fe en ese Dios que tiene el poder inmenso de sanar enfermos, transformar la materia, cambiar destinos, y darle la vuelta a la vida con un pestañar de los ojos.

En el Libro titulado “Mi Yo Sagrado” escrito por el Dr. Wayne Dyer, el autor relata como la vida se parece a un barco que atraviesa un lago tan tranquilo que la superficie parece un espejo. Delante del barco todo es calma pero donde la proa del barco toca el agua se forma una estela de agua en forma de cuña que marca el lago por muchos kilómetros detrás del paso de la embarcación. El mensaje es muy claro. Poco podemos hacer para cambiar el pasado.

Tenemos que vivir el momento y el futuro es impredecible lo más que podemos hacer es escoger el rumbo que tomamos y no sabemos muchas veces la suerte que nos tocará. Y aquí viene de nuevo lo importante de la tolerancia ya que debemos aceptar muchas veces la suerte que nos toca.

Cuantas personas cambiarían sus rostros amargados por sonrisas y miradas tiernas de paz y amor si pudiesen simplemente aceptar con entrega su propia realidad. Esto diría que es uno de esos dones que nos da el Señor. Se repite en aquella oración que dice así; Señor dame la paciencia y tolerancia para aceptar aquellas cosas que no puedo cambiar, y la sabiduría y el entendimiento para cambiar aquellas que se pueden transformar. Dentro de los consejos orientales que se considera como un secreto de la felicidad está la tolerancia. Dice Confucio que no nos debemos preocupar por nada. Si las cosas no tienen remedio de nada sirve preocuparnos ya que no se pueden remediar. Y si tienen remedio pues tampoco nos debemos preocupar sino al contrario aplicar el remedio.

En resumidas cuentas, de nada sirve la preocupación. Igualmente si alguien nos dice algo que nos hiere, que nos enoja, o que nos turba, ese dicho es propiedad y de la autoría de quien lo emite, la otra persona. Sin embargo, la reacción que tenemos a ese insulto o herida se convierte en nuestra propiedad y afortunadamente podemos escoger como vamos a responder. Podemos responder con enojo, con lágrimas, con pique, quillarnos, reírnos, o quizás también aceptarlo, agradecerlo, olvidarlo, y perdonarlo. Nuestra reacción es de nuestra propiedad y la podemos controlar.

La ofensa es problema del que la emite y no tenemos porqué hacerla nuestra. Pues siendo así las cosas, vemos que el secreto de la tolerancia está en la fe de que las cosas van a cambiar en nuestro favor, que el Señor no se olvida de nuestras necesidades, y que estamos en este mundo para amarnos mutuamente y no para ofendernos.

Aquellos que pueden vivir con amor y están dispuestos a perdonar, son dueños de la felicidad eterna y son los que hacen siempre algo para mejorar la existencia de los demás. Pero aquellos que siguen atrapados en su propia prisión y que prefieren vivir inmersos en su valle de lágrimas, se les hace muy difícil la existencia y seguirán presos de su propia intolerancia.